Julio Méndez, escritor chileno exiliado en Sitges durante la dictadura, viaja a Madrid con su mujer (Gloria) a pasar la temporada de verano en el departamento que su amigo, también chileno y afamado pintor, Pancho Salvatierra, generosamente le ha prestado.
El matrimonio se instala en el piso ubicado en un sector pudiente de la ciudad, colindante con un palacete de propiedad del duque de Andía, familia de abolengo y títulos nobiliarios, cuyo atractivo jardín se puede apreciar desde las ventanas del departamento. Y mientras Julio intenta avanzar en su novela, el jardín de al lado captura su interés por la juventud de los personajes que allí se mueven, ya en traje de baño junto a la alberca existente, como también en traje de etiqueta a la hora de las cenas y de las grandes fiestas. A poco andar, Julio se enamora de la rubia dueña de casa, y a quien ha descubierto besándose en ese jardín con un hombre que no es su esposo.
Paralelamente, su mujer, que también vive las frustraciones propias del exilio, sumadas a otros desencantos como la distancia que los separa de su hijo Pato, quien se hace llamar ahora Patrick, buscando una nueva identidad que le permita respirar una atmósfera diferente a la de sus padres.
El robo de un cuadro del pintor Salvatierra por parte de Bijou, amigo de Pato, quien los visita con frecuencia en el departamento prestado abusando de esa amistad y de la cercanía existente entre sus padres, Beta Sánchez y Hernán Lagos, también exiliados chilenos, será la gota que rebalsará el vaso de Gloria, detonando un ataque depresivo que la mantendrá en cama sin deseos de hablar y aislada por el resto de la temporada en Madrid.
Durante ese período Julio consigue terminar la novela y entregársela a Núria Monclús (agente literario de prestigio) para su publicación, la cual será rechazada. Así las cosas, Julio buscando escapar del infortunio, y de las culpas que lo asaltan, ya como escritor, padre, esposo y también como hijo (su madre ha muerto sin que él se halla dignado a ir a verla),termina robando uno de los cuadros famosos de su amigo Pancho Salvatierra para venderlo y con el dinero partir con su mujer a visitar a su hijo Patrick que se encuentra en Marrakesh,África.
La novela, desde luego, pone al corriente al lector de la problemática de los exiliados chilenos, perfilando sus personalidades desarraigadas, la perdida de la confianza, el abandono y la depresión como el resultado de la búsqueda de un centro que no encuentran. Julio es un escritor amargado, a pesar de haber recibido todos los elogios en su patria. Quiere insertarse en el medio editorial español como los escritores del Boom a quienes envidia, pero no puede.
Sin embargo, en el último capítulo de la novela, Donoso da una vuelta de tuerca y mete la novela dentro de otra novela, la historia de Julio no es más que un producto de la novela que Gloria ha estado contando y la cual consigue publicar por intermedio de la amistad con Nora Monclús. Se trata de una jugarreta muy usada por Donoso en sus obras para transformar la realidad de la ficción.
No sé si la solución es buena desde el punto de vista estructural. Pero si me parece que la visión de los exiliados chilenos durante la dictadura, está bastante mejor retratada en esta novela que en otras del mismo tipo y de otros autores. Donoso concentra su imaginación y sus propias vivencias para proyectarlas en forma novelesca, y no a través de la tesis dogmática en la que otros incurren buscando también hacer novela. Las reflexiones de los protagonistas, acordes con su vida errante, constituyen una evidencia recreada de la situación de los chilenos en el exilio. Las que hoy, por cierto, ya resultan rancias, pero sirven para demostrar que lo único rescatable para la literatura es la ficción.
El matrimonio se instala en el piso ubicado en un sector pudiente de la ciudad, colindante con un palacete de propiedad del duque de Andía, familia de abolengo y títulos nobiliarios, cuyo atractivo jardín se puede apreciar desde las ventanas del departamento. Y mientras Julio intenta avanzar en su novela, el jardín de al lado captura su interés por la juventud de los personajes que allí se mueven, ya en traje de baño junto a la alberca existente, como también en traje de etiqueta a la hora de las cenas y de las grandes fiestas. A poco andar, Julio se enamora de la rubia dueña de casa, y a quien ha descubierto besándose en ese jardín con un hombre que no es su esposo.
Paralelamente, su mujer, que también vive las frustraciones propias del exilio, sumadas a otros desencantos como la distancia que los separa de su hijo Pato, quien se hace llamar ahora Patrick, buscando una nueva identidad que le permita respirar una atmósfera diferente a la de sus padres.
El robo de un cuadro del pintor Salvatierra por parte de Bijou, amigo de Pato, quien los visita con frecuencia en el departamento prestado abusando de esa amistad y de la cercanía existente entre sus padres, Beta Sánchez y Hernán Lagos, también exiliados chilenos, será la gota que rebalsará el vaso de Gloria, detonando un ataque depresivo que la mantendrá en cama sin deseos de hablar y aislada por el resto de la temporada en Madrid.
Durante ese período Julio consigue terminar la novela y entregársela a Núria Monclús (agente literario de prestigio) para su publicación, la cual será rechazada. Así las cosas, Julio buscando escapar del infortunio, y de las culpas que lo asaltan, ya como escritor, padre, esposo y también como hijo (su madre ha muerto sin que él se halla dignado a ir a verla),termina robando uno de los cuadros famosos de su amigo Pancho Salvatierra para venderlo y con el dinero partir con su mujer a visitar a su hijo Patrick que se encuentra en Marrakesh,África.
La novela, desde luego, pone al corriente al lector de la problemática de los exiliados chilenos, perfilando sus personalidades desarraigadas, la perdida de la confianza, el abandono y la depresión como el resultado de la búsqueda de un centro que no encuentran. Julio es un escritor amargado, a pesar de haber recibido todos los elogios en su patria. Quiere insertarse en el medio editorial español como los escritores del Boom a quienes envidia, pero no puede.
Sin embargo, en el último capítulo de la novela, Donoso da una vuelta de tuerca y mete la novela dentro de otra novela, la historia de Julio no es más que un producto de la novela que Gloria ha estado contando y la cual consigue publicar por intermedio de la amistad con Nora Monclús. Se trata de una jugarreta muy usada por Donoso en sus obras para transformar la realidad de la ficción.
No sé si la solución es buena desde el punto de vista estructural. Pero si me parece que la visión de los exiliados chilenos durante la dictadura, está bastante mejor retratada en esta novela que en otras del mismo tipo y de otros autores. Donoso concentra su imaginación y sus propias vivencias para proyectarlas en forma novelesca, y no a través de la tesis dogmática en la que otros incurren buscando también hacer novela. Las reflexiones de los protagonistas, acordes con su vida errante, constituyen una evidencia recreada de la situación de los chilenos en el exilio. Las que hoy, por cierto, ya resultan rancias, pero sirven para demostrar que lo único rescatable para la literatura es la ficción.
Comentarios
y yo q me enredaba en las
primeras páginas...
lo raro es el final...
una novela dentro de otra???
mish!
que... interesante
gracias por el resumen del texto
me servirá mucho
para entender la obra
☼
El final me sorprendió mucho, pero bien, muy bien.
el libro se me rompio y no pude leerlo! porfavor q alguien me diga el final
una lata ,
peru nu kulpo a la tia
mui enrredado y nu lo entiendo