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Mostrando las entradas con la etiqueta literatura chilena

Donde van a morir los elefantes, de José Donoso.

       La novela recrea la anécdota vivida por un profesor de castellano -chileno, supuestamente especialista en un escritor ecuatoriano (Marcelo Chiriboga), perteneciente al boom de novelistas latinoamericano-, de pronto contratado para dictar clases de literatura en una universidad norteamericana, gracias a la influencia y directa intervención del ex profesor suyo, Rolando Viveros, radicado en USA y profesor de dicha universidad.

La agonía del Fantasma, un cuento chileno en el mes de la Patria

  “Una mala mujer es como un yugo de bueyes mal amarrado; tomarlo de la mano es como agarrar un escorpión.” Sirácides, 26, 7.                                Pasadas las diez de la noche el poblado duerme, sólo a ratos la voz lastimera del Fantasma intercepta el silencio nocturno con esos versos de un corrido mexicano   aprendido en su juventud. Después, se lo oye gemir como si un puñal clavaran en su corazón.

“Yesterday”, un homenaje a la música, al amor, a la juventud, a lo vivido, pareciera, solo “ayer”.

  Miguel de Loyola nos entrega este libro de veintidós relatos relacionados con canciones de las décadas del 60 y 70. Un acierto, sobre todo para quienes compartimos como adolescentes y la primera juventud en aquellos años.

Los del 50: una narrativa vigente

La generación del 50 se caracteriza por recrear el mundo interior de sus personajes, el imaginario, lo impredecible, lo inefable. Lejos de enseñar paisajes y aconteceres determinantes al modo de la generación anterior, los escritores del 50 se adentran preferencialmente en la conciencia del yo, haciendo indagaciones psicoanalíticas en torno a los personajes perfilados. Claramente Influenciados por el existencialismo reinante en la época, desarrolla La Náusea(1938) sartreana hasta tocar el absurdo y caer en muchos casos en una caricatura fantasmagórica de sus héroes. Por Miguel de Loyola

Tamaño de la bandera, cuento de Miguel de Loyola

A mediados del mes de septiembre en San Clemente, comenzaba la euforia por quien ponía  primero la bandera en el frontis de su casa, señalando así su patriotismo,  ese viejo amor patrio, fomentado por profesores de historia en las escuelas públicas a sus alumnos. Urcisinio solía tomar la delantera en el pueblo, izando la suya en un mástil de seis metros de altura, clavado en un monolito que el mismo había construido para esos fines. Su bandera sobresalía a través de la tapia y el tejado, flameando al viento tan alta como la existente en el retén policial.

Se acabaron los italiano

El problema comienza cuando se acababan las dichosas paltas. El italiano es el producto más vendido, es estrella en cualquier parte. Si no tienes italianos estás frito, porque la gente se va,  va a pedirlos a la competencia, al local del lado, del frente, de atrás, de arriba, de la cuadra siguiente, lugares no faltan, sobran en esta ciudad. Deme un italiano, tiene italiano, me llevo un italiano, decían, pedían, repetían, insistían hasta el cansancio...