Miguel de Loyola nos entrega este libro de veintidós relatos relacionados con canciones de las décadas del 60 y 70. Un acierto, sobre todo para quienes compartimos como adolescentes y la primera juventud en aquellos años.
Ante cada una de las canciones elegidas –las que fueron mil veces escuchadas en aquella época–, hay reminiscencias asociadas a ellas. Nada de raro en un escritor el que a partir de un sonido, una frase, la letra de una canción, un olor, o un determinado estímulo que despierta su memoria afectiva (recordamos la madeleine de Proust), pueda retornar a esa experiencia y hacer de ella una presencia nueva, escritura, obra de lenguaje que permanece. Es lo que hace Miguel de Loyola, vuelve sobre canciones de las décadas señaladas y, mediante diversas voces, narra, aprehende momentos de aquel tiempo de liceo, de colegio, de universidad, de vacaciones y de amores de verano.ds by
Comienza con Una blanca palidez, el
clásico de Procol Harum (1967), con el que Ronny, después de más de cuarenta
años, vuelve a bailar en la memoria con Consuelo, estrechados en un deseado y
esperado “lento” en esas fiestas en que el amor, la conquista, también los rechazos,
la derrota, eran parte de aquel tiempo; siguen otros temas populares, algunos
de ellos: Un verano naranja de Donald (1970); Leonardo Favio
en su esplendor, Ella ya me olvidó (1968); Led Zeppelin
con Escalera al cielo (1970); Joan Manuel Serrat, Cantares;
Salvatore Adamo, Mis manos en tu cintura (1967); Billy
Joel, Piano Man; otros cantantes y bandas como Barry White, Carole
King, Cat Stevens, Elton John, The Beatles, Rare Heart, Bee Gees, Creedence
Clearwater Revival, Santana, Roberta Flack con su maravilloso tema, para
enamorar y enamorarse, Killing me softly with his song (1973,
hay que volver a escucharlo), para finalizar con la canción que da el acertado
título al volumen, Yesterday, de Paul McCartney (1967). Aquí todo
es “ayer”.
El mismo autor nos da un consejo: “Sugiero leer los
textos oyendo la música de los mismos”. Lo he hecho (aunque primero conocí el
libro para saber de él, lo que me llevó a un reencuentro muy íntimo con aquel
joven “pálido y sombrío”, algo poeta, de aquellos años) y luego volví a los
relatos, esta vez rememorando, leyendo cada uno con la canción sonando. ¡Oh,
maravilla! Verdaderamente es una experiencia mayor recuperar el pasado a través
de las reminiscencias de esos personajes juveniles, de las canciones que
regresan al presente, y nosotros mismos recobramos aquello que teníamos: la
capacidad de soñar, cuando el futuro estaba por hacerse a la medida de nuestros
sueños. Todo sería bello.
Un libro para lectores de todo tiempo, especialmente
para nosotros “los de entonces”. Retrata muy bien esos días; los recuerdos
sencillos, expresados con el lenguaje coloquial que conserva eso que estaba “a
flor de piel”. La “memoria de los sentimientos” recrea lo vivido y vuelven a
ser reales aquellas fiestas de adolescentes, entrelazadas estas con la música,
con los versos de aquellos temas, y el pasado que viene con su delicada o cruel
hermosura. Es el “tiempo recobrado”.
Una obra en que la poesía no está ausente, hecha de
recuerdos, de breves e íntimas historias, bella en su indagación en la
adolescencia, de retorno a la “eterna y fugaz juventud”; relatos que pueden
ser, potencial o literalmente, una experiencia literaria y musical al leerlos
escuchando o teniendo presentes los temas que los inspiran. Relatos que son el
corolario o la floración de las vivencias del autor y sus personajes, y de no
pocos, al traer a la memoria aquellas canciones que marcaron a fuego y pueden
volver décadas después, con toda su realidad, como si existiera en ellas el
sello de la permanencia.
Miguel Ángel Ruiz
Ficha técnica:
Miguel de Loyola, Yesterday, Signo
Editorial, Santiago 2024, 106 págs.
- El
contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva
responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea
editorial ni postura de El Mostrador.
- José Miguel RuizEscritor,
poeta y profesor de Castellano (UC). Ha publicado, entre otros libros, “El
balde en el pozo” (poesía, 1994), “Cuentos de Paula y Carolina”
(narrativa, 2011) y “Gramática de nuestra lengua” (2010). Mención Honrosa
en los Juegos Literarios Gabriela Mistral de la I. Municipalidad de
Santiago, 1975. Primer Premio en el Concurso de Poesía de la P.
Universidad Católica de Chile, 1979. Premio Municipal de Arte, Mención
Literatura, de la I. Municipalidad de San Antonio (1998).
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