
¿Alguien más se ha dado cuenta que la gran mayoría de las personas paga su compra con el billete más grande que lleva en su cartera? El asunto tienes todas las características de una verdadera patología mental. Ya se trate de comprar cigarrillos, una bebida, o un mueble, la gente saca el billete más grande del bolsillo. En otros países, una acción semejante se toma casi como un insulto. En Argentina, Bolivia, Brasil…quien no tiene sencillo para pagar un café o alguna compra por un monto de ese tipo, sencillamente, se queda sin comprar.
Nadie le va a vender si no se toma la molestia de buscar el sencillo correspondiente. Lo que no ocurre, por cierto, porque el comprador hurga antes en sus bolsillos hasta dar con el sencillo necesario para pagar su cuenta sin molestarse en lo más mínimo. Se trata de una regla de urbanidad obvia y mínima. En cambio acá, el comprador se ofende hasta la ira si el vendedor pide que pague con sencillo. Es más, amenaza alegando que tienen la obligación de darle vuelto. Debe ser por ese motivo que hombres y mujeres terminan caminando ladeados en este país, por el exceso de monedas que cargan en sus bolsillos. O tal vez han puesto demasiado oído al viejo refrán castellano que sostiene: “son las chauchas las que hay que cuidar, los pesos se cuidan solos” El caso es que los chilenos acostumbramos a pagar la cuenta con el billete más grande, nada más que por ese complejo de inferioridad que nos cohíbe frente al resto, ya por falta de mundo, o por falta de Sentido Común, algo que la sociedad chilena ha ido olvidando en estos últimos 30 años, exigiendo a otros lo que no es capaz de exigirse a sí misma. ¿Acaso no es un disparate demandar cambio cuando se quiere pagar un café con un billete de veinte mil pesos? Pues, eso sucede muy a menudo en Santiago de Chile. Y ya ven, el Estado pasa así fabricando monedas, porque siempre falta el maldito sencillo. Cabe preguntarse dónde están hoy las monedas, porque para el Transantiago ya no se usan, y sin embargo….Seguro que hay muchos tíos ricos, como el de las historietas de Whalt Disney, los que en su casa tienen una bóveda repleta de monedas.
Comentarios
Qué bueno es cultivar sitios así.
Me gustó tu comentario y...claro¡, es cosa común en nosotros. Motivos hay muchos, pero al parecer, puede que el más poderoso sea "por joder", ya que somos una mezcla extraña de genes entre los cuales, no abundaba lo mejorcito.
Me viene a la memoria, y te lo comento, algo parecido que se refiere a la bebida por pedir: te dan una lista amplia de todas las que sirven en un lugar X y, te lo juro, más de algún acompañante mío pide, irremediablemente, la que no hay. ¿?
¿Será que les vienen los nervios por la abundancia de opciones? ¿O simplemente por joder al otro?
Dejo la inquietud.