Ir al contenido principal

Se dice, en las encuestas...


¿Por qué se invierte tanto dinero en encuestas en este país? ¿Quiénes son los reales interesados en los resultados? ¿Alguien se ha preguntado esto alguna vez?


Me temo que pocos se hacen tales preguntas, porque se maneja hoy a las masas al extremo de anular no sólo su pathos de indignación, el cual a estas alturas en un país gobernado por los mismos debiera haber saltado al infinito, sino la personalidad entera. El individuo masa carece de ella, y una prueba son las influencias de las encuestas.


Las encuestas son creadas precisamente para fijar lo que se dice, tan propio y necesario, al decir de Heidegger para saciar la sed del hombre inauténtico, el cual necesita apoyo del se dice para sostener su existencia. Así, se dice que tal o cual candidato es favorito en las encuestas. Se dice que tal o cual libro es el más vendido. Ergo…el mensaje l funciona perfectamente, y la idea cobra valor universal. ¿Acaso la gente no termina votando por quien se dice…?¿ Acaso los compradores de libros no terminan comprando el libro del cual se dice…? Renunciamos así a buscar nuestra propia voz, negamos así nuestra individualidad, cuando no decimos a mí no me consta tal se dice, yo voy a averiguar…Porque el ser inauténtico hace lo que se dice, piensa lo que se piensa, hace lo que se hace, porque vive en un estado de pasividad total frente a su existencia,

Las encuestas son otra herramienta de la publicidad, creada para fomentar en la opinión pública opiniones relativas a la idea u objeto que se busca instalar en el inconciente como necesidad. Lo cual consiguen, por cierto. Por cuanto una vez que arrojan sus resultados, los medios de comunicación hacen la segunda parte, interceptan a las personas preguntándoles que opinan del resultado de dicha encuesta, aunque la tal persona no se haya cuestionado ni tampoco interesado nunca por el contenido de la encuesta. De esta manera consiguen poner en primera plana algo que no tenía como llegar a estarlo.

Santiago de Chile - Miguel de Loyola

Comentarios

Loreto Silva dijo…
Interesante encontrar alguien que piensa.
P dijo…
La vida es esto. Prestémosle atención a los
detalles. Al calorcito humeante del pis, a sacar la basura, a viajar apretados
en colectivo. Si no disfrutamos eso, ¿qué nos queda?
Anónimo dijo…
Cuando comencé a leer la nota se vinieron a mi mente dos cosas...las publicidades, que luego Ud también las nombra y la presidente de los argentinos, que en sus canales televisivos daba por hecho que ganaba...uno habla con las personas y nadie la votó...sin embargo ganó. Sin duda somos "seres inauténticos" que nos dejamos llevar por lo que dicen y actuamos igual, es hora de cambiar! porque despues vienen las consecuencias! natalí.
David dijo…
Es un placer disfrutar de la literatura y leer a diversos autores y conmoverse con la manera en la que escriben. Es por eso que constantemente averiguo acerca de nuevos autores. Cuando tengo que hacer tiempo y me olvide un libro, los psp juegos son mi salvación

Entradas más populares de este blog

¿Dónde están esas voces de protesta?

“El apoyo estatal a la literatura es la forma estatalmente encubierta de la liquidación estatal de la literatura.” Estas palabras pronunciadas por el protagonista de la novela Liquidación , de Irme Kertész. a propósito de su situación particular como editor de una editorial estatal, parecen bastante desconcertantes. Cabe sentarse a reflexionar en tornos a sus implicancias. Desde luego, acotan una realidad que hoy no está lejos de la nuestra.

Novela: Despedida de Soltero

"La Invitación, la víspera y la despedida son las tres partes de esta novela humana y despiadada que cautiva con la comedia y el horror cotidiano. Los demonios y obsesiones de Miguel de Loyola -el deterioro, lo grotesco, la angustia famélica, el tiempo- son los fantasmas de toda la humanidad. Tua res agitur. Esta novela trata de ti y de los que te rodean. ¿Prepárate!". Jaime Hagel Echeñique

Fragmento de novela inédita: Motivos Sentimentales

Capítulo 14 Esa noche Octavio encontró a su mujer durmiendo destapada sobre la cama. Tuvo entonces la intención de abrigarla. Pero no lo hizo por temor a despertarla. Diamela pasaba a veces por temporadas de sueño ligero y cualquier ruido extraño conseguía despertarla abruptamente, con el consiguiente mal humor que suele sobrevenir después, y en el caso concreto suyo podía alcanzar niveles patológicos. Prefería en esa ocasión verla durmiendo, aparentemente tranquila. Y acaso por primera vez durante su vida matrimonial, Octavio se encontró a sí mismo en medio del silencio y la soledad de la habitación, observándola dormir. Sólo entonces, como saliendo de un estado de aturdimiento general -en el cual hubiese estado sumido por largos años-, poco a poco comenzó a tomar cierto grado de conciencia de los estragos causados por los años en el cuerpo de Diamela, ayer maravilloso y angelical como nadie mejor que él lo podía recordar.