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Adiós, Hemingway, Leonardo Padura.

 


Leonardo Padura recrea magistralmente una historia cuyo protagonista es Hemingway. Por cierto, el personaje concita la atención de cualquier lector por sí mismo, por sí solo, en tanto ser real, un escritor conocido y reconocido durante generaciones. No obstante, Padura, consigue transportarnos más allá de la realidad, transformando a Hemingway en un personaje, esta vez, literario, deformando la realidad, interviniéndola con un relato novelesco de corte policial. Hazaña para la cual Padura ha demostrado sobrada maestría.

La prosa de Padura tiene ese don natural que caracteriza el habla del pueblo cubano, la amenidad, el misterio, la alegría, la sensualidad, el placer de vivir, cualquiera sea la circunstancia, están presentes en el fraseo seductor y atingente. Enfrentamos así una historia entretenida y sabiamente elaborada por un narrador hábil, pero no sólo eso, interesante.Para contarnos la vida de Hemingway, se da mañana y envuelve su vida en un caso policial, un supuesto asesinato ocurrido en la finca del escritor, descubierto cuarenta años después de su muerte. La caída de un árbol añoso por causa de una tormenta, deja al descubierto las osamentas de un hombre, supuestamente asesinado por dos balazos, como lo aseguran los peritajes médicos. El muerto, nada menos que un agente del FBI, desaparecido en 1958.

La narración envuelve al lector en el clima de misterio que caracteriza a la novela policial de todos los tiempos, donde el hilo conductor induce a correr tras el desenlace. Hemingway es cuestionado, odiado y amado por los distintos personajes que participan en la novela. También su vida es juzgada por el ex policía, que anda detrás del supuesto asesino del agente del FBI, revelando verdades concretas de la vida real del escritor y otras, suponemos, imaginarias, creadas para agregar interés y entretención al relato. Como el blúmer nada menos que de Ava Gardner, encontrado por el Conde. Un detonante infalible para despertar esa sensualidad y erotismo tan propio del pueblo cubano, donde el calor y la fantasía saben hacer naturalmente su obra.

Hemingway, el mítico escritor norteamericano creador de la teoría del iceberg, es recreado aquí como en ningún otro libro, tras la trasfiguración que consigue Padura al convertirlo en personaje, sacándolo de su condición de hombre real y concreto. Leer Adiós Hemingway, es, muy por el contrario, saludarlo, volver a recibirlo, tal vez darle ese abrazo que todo buen lector de sus obras quisiera darle.

Miguel de Loyola – Santiago de Chile – Diciembre del 2017.-

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