Ir al contenido principal

Metamorfosis de la lectura, Román Gubern

 


En Metamorfosis de la lectura, Román Gubern pasea al lector por la extensa carretera que va desde el principio del lenguaje hablado y posteriormente escrito, hasta nuestros días. Sorprende los miles de años que lleva el hombre sobre la tierra luchando por encontrar las palabras capaz de transmitir sus pensamientos. Gubern entrega datos que dejarán al lector perplejo, preguntándose o confirmando la tesis de que la vida del individuo no es más de un segundo. Y en consecuencia, cabe aplicarse, no perder el tiempo.

La conquista del lenguaje escrito terminó siendo la base de la socialización, aclara el libro de manera clara y sucinta. En textos escritos ya en tablillas, cerámicas, papiro, cuero, y finalmente en papel, se escribieron las leyes y otras convenciones capaces de ordenar el caos propio de la vida en sociedad. El traspaso de tales bienes se atribuye a lo que Richard Dawkins llamó memes, es decir, transmisión de las tradiciones culturales, considerando que la cultura humana es acumulativa. Una suma en el tiempo de saberes y costumbres que se transmiten de generación en generación.     

Gubern aclara en este libro los diferentes tipos de lenguajes y sus expresiones, los más comunes: pensar con palabras y pensar con imágenes, confiriéndole mayor importancia a la palabra, a esa construcción fonética articulada que tuvo que hacerse su espacio propio en la boca del homo sapiens.

También se hace hincapié en la importancia del lenguaje oral, confiriéndole incluso mayor importancia que a la lengua escrita: “Freud demostró que la productividad semántica del habla, con espontaneidad y sus lapsus, es superior a la escritura”.

El libro recorre desde los textos literarios más antiguos hasta nuestros días, dando un barniz al general al respecto, en cuanto a la construcción de textos de sentido donde es posible estudiar los cambios generacionales. Gilgamesh, La Iliada, la Odisea, las Mil y una noche… Werther, Madame Bovary, Anna Karenina, etc.

La Metamorfósis de la lectura entrega al lector un legado de información importante que no puede ignorar. Gubern recuerda esta frase de Lutero: “La imagen es el libro de los que no saben leer”, de seguro para llevarnos a la reflexión, en un mundo donde la imagen se ha impuesto por sobre la palabra y por eso el entendimiento entre las personas se ha vuelto más difícil. Basta observar las cámaras senatoriales del mundo entero para saberlo.

 

 

Miguel de Loyola – Santiago de Chile – Marzo del 2024

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Dónde están esas voces de protesta?

“El apoyo estatal a la literatura es la forma estatalmente encubierta de la liquidación estatal de la literatura.” Estas palabras pronunciadas por el protagonista de la novela Liquidación , de Irme Kertész. a propósito de su situación particular como editor de una editorial estatal, parecen bastante desconcertantes. Cabe sentarse a reflexionar en tornos a sus implicancias. Desde luego, acotan una realidad que hoy no está lejos de la nuestra.

Novela: Despedida de Soltero

"La Invitación, la víspera y la despedida son las tres partes de esta novela humana y despiadada que cautiva con la comedia y el horror cotidiano. Los demonios y obsesiones de Miguel de Loyola -el deterioro, lo grotesco, la angustia famélica, el tiempo- son los fantasmas de toda la humanidad. Tua res agitur. Esta novela trata de ti y de los que te rodean. ¿Prepárate!". Jaime Hagel Echeñique

Fragmento de novela inédita: Motivos Sentimentales

Capítulo 14 Esa noche Octavio encontró a su mujer durmiendo destapada sobre la cama. Tuvo entonces la intención de abrigarla. Pero no lo hizo por temor a despertarla. Diamela pasaba a veces por temporadas de sueño ligero y cualquier ruido extraño conseguía despertarla abruptamente, con el consiguiente mal humor que suele sobrevenir después, y en el caso concreto suyo podía alcanzar niveles patológicos. Prefería en esa ocasión verla durmiendo, aparentemente tranquila. Y acaso por primera vez durante su vida matrimonial, Octavio se encontró a sí mismo en medio del silencio y la soledad de la habitación, observándola dormir. Sólo entonces, como saliendo de un estado de aturdimiento general -en el cual hubiese estado sumido por largos años-, poco a poco comenzó a tomar cierto grado de conciencia de los estragos causados por los años en el cuerpo de Diamela, ayer maravilloso y angelical como nadie mejor que él lo podía recordar.