Juan Marsé recrea en su novela Ultimas tardes con Teresa la relación entre dos jóvenes provenientes de mundos distintos. Ella, una joven perteneciente a la clase acomodada, aunque de izquierdas, y Manolo, un muchacho de un estrato social bajo, sin interés alguno en la política, pero finge ser obrero progresista a fin de lograr sus metas. La historia está ambientada en Barcelona y en Blanes, donde los padres de Teresa tienen su villa de descanso. El nexo entre ambos será Maruja, la criada de los Serrat y amiga de Teresa.
La
novela genera tensión mediante la relación que se va desplegando entre los
personajes centrales, aunque a ratos cae en largas parrafadas explicativas en
torno a la condición social de los mismos, buscando sin duda marcar las
diferencias entre las distintas capas que constituyen la sociedad barcelonesa
de entonces. Esto de escribir largo, muchas veces sin mayor interés, es una de
las características de la narrativa española en relación a la escrita en otras
latitudes, donde se opta por dejar mayor espacio libre para la propia imaginación
del lector.
Es
sin duda una obra que recoge el sentir y pensar de la época franquista en
términos generales, sin abundar sobre el tema de manera directa. Los personajes
que perfila, sin embargo, responden a
prototipos de una sociedad compuesta de capas en constante lucha y movimiento por
alcanzar el bienestar material.
Hay
mucho de novela rosa, y también de novela social, combinación muy bien lograda
por el autor para levantar el interés de la historia. Se dice que Últimas Tardes con Teresa sería la obra más lograda de Juan Marsé y por la cual
le fue otorgado el Premio Cervantes. Bien vale la pena leerla para internarse
en la España de los años 50, donde no deja de sorprender el grado de liberación
de los jóvenes, y de las mujeres en particular,
en aquel lejano entonces. La trama articula situaciones muy adelantadas
para la época.
Miguel
de Loyola - Santiago de Chile - Septiembre del 2024
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