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Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi

 


La novela Sostiene Pereira (1994)  del escritor italiano Antonio Tabucchi, fue una obra de impacto mundial en su momento por su estilo, y también por lo que cuenta. Lleva al lector a los años de surgimiento del nacional socialismo y sus consecuencias en Portugal, mediante un estilo novedoso que increpa al lector y lo mantiene atento hasta último momento, usando una muletilla que termina siendo un acicate: sostiene Pereira que…

La novela no maneja más de tres o cuatro personajes, centrándose en la vida particular del editor cultural de un diario de Lisboa, el doctor Pereira. Un viudo solitario que tiene por costumbre conversar con la fotografía de su esposa sobre sus dudas y los asuntos inquietantes. Es una bella historia de corte intimista y nostálgica, acaso como la mayoría de las obras ambientadas en la mítica Lisboa. La trama adquiere poco a poco ribetes policiales en la medida en que avanza hacia la transformación del protagonista en un disidente a la dictadura de Salazar, después de haber sido un literato iluso, amante de la literatura, ciego a los acontecimientos reales que se viven en ese momento  en Lisboa y Europa. Esta enajenación del protagonista, tal vez sea una metáfora del artista, quien suele vivir marginado de la realidad contingente mientras logra plasmar su obra, bajo el sobrentendido que ésta, la obra, trasciende finalmente toda contingencia.

Impresiona la economía de lenguaje de Tabucchi, esa capacidad de síntesis para urdir  en pocas páginas una historia que a otros escritores de su época les habría tomado el doble. Hay desde luego ese poder de seducción hipnótico en su prosa que  sumerge al lector hasta lo más profundo de la historia, que bien vale analizar, a la hora de comparar con otras obras. La tendencia al minimalismo de la literatura italiana, queda muy de manifiesta en esta novela, y nos hace pensar en otras, como Seda (1996) de Alejandro Barricco, escrita y publicada por la misma época con un éxito también rotundo. Ambas obras contrastan con la farragosa narrativa española de ese mismo momento.

 Tabucchi consigue en esta novela crear un personaje de carácter universal que seguirá rondando por el imaginario del lector al modo de los grandes personajes de la novela decimonónica. El doctor Pereira encarna además esos tópicos clásicos de todos los tiempos, por los que han luchado durante su vida los escritores en pro de la literatura y la cultura.

 

Miguel de Loyola – Santiago de Chile – Año  2001

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