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Vida y época de Michel K, J.M. Coetzee

 


En vida y época de Michel K
., el Premio Nóbel de Literatura Sudafricano J.M Coetzee recrea la vida de un personaje que poco a poco irá ganando espacio en el corazón del lector por su inmutabilidad frente a los problemas que lo rodean. Se trata de Michel K, un ser que en parte nos recuerda al protagonista de El Capote, de Gogol, también a Bartebly,  de Melville y a Gregorio Samsa, de Kafka, sin duda. Personajes que caen en la marginalidad después de haber formado parte del mundo establecido, sin mostrar signos de rebelión o protesta de manera explícita, y optan por apartarse del mundo en silencio. La crítica y el repudio de ese mundo en que viven no surgen del corazón de Michel K, sino del lector, de quien mira desde afuera su situación, y ahí está la gracia, el arte, lo que llamamos arte de la ficción. ¿Se trata de esa técnica estilística que  Bertolt Brecht denominó extrañamiento? Sin duda hay mucho de eso. El escritor se aplica aquí en contar una historia para dejar que el lector juzgue por sí mismo, inducido por un perfecto manejo técnico.

Eso quizás sea lo que cabe destacar en primer lugar para el caso de esta novela, y de otras del mismo tenor. La pericia narrativa consigue siempre mayores efectos que la denuncia directa, porque ordena los acontecimientos con el fin de causar un efecto. Hoy por hoy los narradores parecen haber olvidado tales minucias del arte de la ficción, y optan por el facilismo de transmitir sus demonios y reconcomios de manera directa, sin llegar a las profundidades donde llegan obras como estas, a esa verdad a punto de revelarse, como definió R.L. Stevenson al hecho estético. No hay que olvidar que la obra artística es eso, un hecho estético, que trasciende otros asuntos, llámense sociales, ideológicos, religiosos, morales, etc.

Vida y época de Michel K, entrega un perfil acabado de la realidad sin caer en denuncias explícitas, sino siempre guardando distancia, sugiriendo más que diciendo, otorgando así mayor vida, personalidad  y consistencia a su protagonista. Las desgracias que padece Michel K. despiertan en el lector el deseo de hacer justicia, de rebelarse contra aquel mundo infame, al mismo tiempo que va generando aquel sentimiento de piedad que se ha ido perdiendo en los últimos tiempos por falta de solidaridad y comprensión.

Es indudable que Coetzee quiere golpear la conciencia del lector  y lo consigue haciendo uso de todos los recursos estilísticos disponibles a su mano, sin caer en los estereotipos, o en los típicos lugares comunes en que suelen acabar las obras de otros autores con menor oficio para expresar sus denuncias. Impresiona la sencillez de su estilo, el trabajo narrativo en esta novela de ir siempre adelante en un presente inmediato. Una tarea nada fácil de conseguir. Agiliza la fluidez narrativa y permite mantener al lector siempre expectante por saber que pasará más adelante.

La fragilidad del protagonista es una es apología,

 

 

Miguel de Loyola – Santiago de Chile – Noviembre del 2023

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