¿La
impresionante cantidad de restaurantes existentes en Santiago, deja en
evidencia un mejor estándar de vida
alcanzado por los santiaguinos en los últimos veinte años? Hoy no hay barrio
donde no proliferen los centros gastronómicos, y cada día más sofisticados.
La
oferta de comidas de las más variadas especies y lugares del mundo, resulta
francamente sorprendente, incluso agotadora, sobre todo para quienes conocimos
otro Santiago, y nunca tuvimos la costumbre ni el bolsillo para pagar seis o
siete veces más por una cena equivalente preparada en casa.
Al parecer, el
turismo ha hecho su aporte al florecimiento, también los inmigrantes, que
siguen llegando al país, acompañados de sus costumbres alimentarias. Los
restaurantes que ofrecen comida peruana, por ejemplo, son los que más abundan,
llevando la delantera a la tradicional comida francesa, italiana, española,
hindú, china, incluso a la misma comida chilena. Ahora comienzan a florecer los
restaurantes venezolanos, colombianos, ecuatorianos, dominicanos, y hasta tailandeses.
Estamos en este sentido a la par con las grandes ciudades: París, Madrid,
Barcelona, Buenos Aires, Nueva York, Londres, Roma, etc.
Por cierto, son
las nuevas generaciones los clientes principales de este mercado en constante expansión.
Se trata, como todo hoy en día, de un fenómeno mundial. La llamada
globalización trajo al país costumbres que antaño eran privilegio de los países
más ricos del orbe. No sabemos si llamar a este fenómeno crecimiento económico,
mejoramiento de la calidad de vida, o simplemente cambios de paradigma. Pero lo
que si está claro es que las nuevas generaciones lo han incorporado a sus vidas
como algo natural y propio, muchos sin saber que no hace muchos años atrás, la realidad era otra: no existía ni la cuarta parte de la oferta gastronómica actual.
Miguel de Loyola – Santiago de
Chile – Julio del 2016
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