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El amor es un crimen, de Poli Délano.

Dos mujeres despechadas asesinan a sus respectivos maridos. La diferencia de clase determina el modo de hacerlo y sus consecuencias legales.
Alejandra Montoya irá a prisión acusada de homicidio, Luz Larraín -sin pruebas que confirmen su acción- liberada de toda acusación. Ninguna de las dos está arrepentida de lo que ha hecho. Justifican su acción apelando a códigos morales establecidos en las cláusulas esenciales del pacto matrimonial. Especialmente, a la fidelidad en la relación de pareja, ignorando otros, acaso más importantes, como aquel que dice "no matarás."
           
Así, mediante argumento y argucias características de un thriller, Poli Délano consigue proyectar en EL amor es un crimen algunos rasgos propios de nuestra sociedad actual, como también la barrera que separa en Chile una clase social de otra. La pudiente y la despojada de poderes.  
           
El perfil de los personajes se corresponde con la realidad y la representan, asegurando la necesaria verosimilitud del relato. Lo mismo ocurre con los lugares de Santiago que describe y las alusiones al Chile de los años 70.
           
El narrador protagonista nos cuenta la historia de ambas mujeres a partir de un reportaje que ha hecho para la revista donde trabaja, tendiente a cubrir la noticia del asesinato de Rubén Portilla perpetrado por su esposa Alejandra Montoya. Sin embargo, el periodista confiesa que después se entusiasma con la historia y se transforma, según el mismo asegura: de periodista-escritor, en escritor-periodista, jugando así con esa posible antinomia. Será su investigación periodística la que pondrá en evidencia la existencia de otro crimen, después de entrevistarse con Luz Larraín, hasta terminar estableciendo una relación amorosa de largo alcance.
           
La construcción de la novela y su forma de crear suspenso, responde -ya lo dijimos- a las características propias del Thriller actual que circula por todas las literaturas del mundo, centrado en capturar el interés y producir la entretención del lector que escasea cada vez más en nuestros medios.
           
El amor es un crimen, nos remite a obras clásicas del mismo tipo, como Dolores Claiborne, de Stephen King, donde a través de un testimonio personal directo, la protagonista expone y justifica a plenitud su crimen. También a novelas chilenas de los últimos años de Skármeta, Ampuero, Díaz Eterovic, marcadas con el mismo sello, aunque la de Poli Délano, describe de manera impecable las características y diferencias radicales de las clases sociales chilenas, sus pensamientos y situaciones, concluyendo en la denuncia alegórica.
           



Revista Proa - Miguel de Loyola – Santiago de Chile – Año 2005.

Comentarios

Unknown dijo…
cual era su relive

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