
Cervantes destaca dicha belleza en todas sus obras, al punto
de contarnos en su novela La española inglesa, la historia del
rapto de una niña española de siete años por su belleza de manos de un capitán
inglés, quien una vez en Londres, la cuidará y criará como hija. Por su
belleza, se enamora el hijo de dicho capitán de la niña cuando ella crece, por
su belleza llevará a cabo las hazañas más temerarias su enamorado, por su
belleza la reina de Inglaterra la llevará a su corte, por su belleza cometerán
crímenes otros… Es decir, el mundo girará en torno a esta española inglesa
mientras sea poseedora de tal belleza. La trama prosigue, pero la dejamos a un
lado para que el lector termine por sí solo desenredando la madeja.
La insistencia de la
belleza femenina de esta joven, lo mismo que en otras obras escritas por
Cervantes, podemos clasificarla como uno de sus tópicos literarios recurrentes,
un leitmotiv siempre presente en sus obras que le sirve de acicate para atrapar
el interés del lector, aunque la cuestión de fondo que quiera contarnos sea
evidentemente otra. Quiero decir que Cervantes utiliza dicho leitmotiv como
artilugio y acicate seguro para enganchar al lector. Es decir, escribe con el
lector en mente, como propone la crítica de la recepción; y no cabe duda que lo
consigue. Su habilidad narrativa -y esto es lo que importa como enseñanza para
un novel escritor- lo lleva a tomar todos los elementos y artificios narrativos
disponibles para capturar la atención del lector.
No quiero decir que el interés de Cervantes sea en esta obra
resaltar la belleza femenina. Muy por el contrario, a través de ella vemos como
su pluma va dibujando y denunciando subliminalmente los asuntos que de verdad
le interesan. La devastación de Cádiz por los ingleses, el problema del
catolicismo en Inglaterra, la evidente crítica a la piratería inglesa.
Miguel de Loyola -
Santiago de Chile -
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