Hay verdades tan sólidas acuñadas a lo largo de los siglos, que bien valdría recordarlas de tanto en tanto. Y sobre todo por estos días, cuando se hace vista gorda a dichas manzanas. Las verdades que ocultan los adagios y refranes, se construyen en el imaginario mediante el saber metafórico, esa capacidad extraordinaria del lenguaje para asociar y establecer relaciones con las cosas más increíbles, y que se proyectan en la mente como verdades indiscutibles. Sin metáfora, tampoco hay verdad, porque es el mejor camino posible para alcanzarla.
Cuando
se habla de una manzana podrida, por cierto, se está hablando del hombre. En lo
grupos humanos, siempre hay alguna de estas manzanas venenosas. La tragedia
sobreviene cuando hay varias, cuando la sociedad termina pudriéndose por
completo. Y es a groso modo lo que está ocurriendo en nuestro país. Nadie
advirtió a tiempo la manzana podrida, hasta que terminó pudriendo al resto.
Para
advertir la presencia de la manzana podrida en el canasto, o en la bodega, el
campesino debe mantenerse atento. Revisarlas diariamente, porque de otra manera
no pasarán el invierno, y es menester cuidarlas meticulosamente, porque no
podrá obtenerlas nuevamente sino hasta la cosecha siguiente.
Aquí,
desde luego, no hay quien esté atento al problema del cuidado de las manzanas.
La sociedad ha perdido esa capacidad, por un problema ideológico, mal
entendido, por supuesto, un vicio ético que conduce al pudrimiento social. No
resulta políticamente correcto hacerlo, es mejor, para estos tiempos de cultura
light, que se pudran todas, como está ocurriendo. Cualquier llamada de atención
sobre las conductas y quehaceres de los individuos, hoy la llaman falta de libertad; o mejor dicho, atentado
a los derechos humanos. Y eso, por
cierto, aunque sea inaceptable desde un punto de vista ético, ha terminado por
aceptarse, acallando las conciencias. Se trata de una falacia, sin duda, de un
engaño de interpretación del lenguaje, donde se confunde y distorsionan los
conceptos. El resultado esta a vista y paciencia de todos: manzanas podridas por
todas partes, en todas las bancadas parlamentarias. Y por cierto, nadie dispuesto
a extraerlas del cajón.
Miguel
de Loyola - Santiago de Chile, diciembre del 2015.
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