Algunos medicamentos en Chile cuestan hasta seis veces más que Europa y nuestros legisladores no hacen nada al respecto, conforme a sus dietas les da lo mismo. Claro, no les influye en nada en su presupuesto. Los asuntos de verdadera importancia, de verdadera injusticia, aquí pasan por alto, solo importa lo que a ellos —la clase política—le importa. Es decir, mantenerse en el poder y preservar sus privilegios, embaucando al pueblo con bobadas emocionales, resquemores, envidias, recelos, resentimientos.
La mejor prueba de lo que digo respecto al precio de los medicamentos está en la proliferación de farmacias. No hay esquina en Santiago ni en provincia donde no haya una. Tenemos más farmacias que almacenes de comestibles. Sin embargo, nuestro legisladores, elegidos para crear leyes que defiendan al pueblo, desvían siempre la mirada hacia sus propios intereses; los cuales, sabemos ahora, no son otros que generar leyes para llenarse de privilegios y mantenerse en el poder.
En esa cantinela de la desigualdad
ya no debiera creer nadie. Sin embargo, se sigue embaucando a los ilusos con
tales ardides. La única desigualdad importante es ahora la del pueblo y la
casta política. Se han llenado de privilegios, y lo seguirán haciendo si nadie pone alguna vez el dedo en la llaga.
¡Cómo es posible que un mismo
medicamento cueste aquí seis veces más que en España? ¿Alguien puede explicar
eso?
Miguel de Loyola – Santiago de Chile
– Julio 2025
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