Viaje
terrible es una novela del escritor argentino Roberto
Arlt que en principio se podría caratular como de aventuras, pero dada la mirada
singular del narrador su síntesis nos lleva a otro plano. Se trata de una
historia de aventuras, sin duda, pero vista a través de una mirada sarcástica,
descarnada, libre de conmiseraciones hacia los personajes y situaciones descritas.
El sarcasmo mantiene al lector expectante frente al mundo narrado, que por
momentos parece inverosímil, y al mismo tiempo completamente creíble, como esas
novelas que encantan por su picardía y astucia en el tratamiento de los
acontecimientos, produciendo risa, placer o una distracción semejante. Cabe la
reflexión: si la vida fuera así, tanto más fácil sería sobrellevarla. Siendo
terrible lo que sucede durante el viaje, no afecta con esa pesadez oscura de lo
tremebundo, de lo dramático, despierta en cambio aquel placer incomprensible de
la sátira.
La
novela interna al lector en un viaje a bordo del buque Blue Star por las
aguas del Pacífico, saliendo de Antofagasta, y desde un comienzo pone en alerta
sobre lo que va a suceder por boca de uno de los personajes, Luciano, el primo
del narrador protagonista de la historia. Por cierto, estamos frente a un
relato en primera persona que nos habla de un períplo completo vivido durante
una travesía en barco, donde abundan las peripecias padecidas por los
personajes. No faltan tampoco los ingredientes amorosos, tan propias en las
aventuras compartidas durante un viaje. La mujer es tratada aquí con más
sutileza que los hombres, pero igualmente deformada por la ironía sarcástica.
Hay que
destacar la pluma impecable de Arlt, su manejo del lenguaje y de la intriga recuerda
a los más grande novelistas de todos los tiempos. Sin embargo, esa mirada exageradamente
descarnada lo aleja un tanto de la grandeza de los mismos. Arlt se ríe de la
historia que está contando, mientras la va alimentando y sazonando con esos
ingredientes que caracterizan toda su obra: el sarcasmo, lo carnavalesco, la
sátira. Hay un claro desprecio por todas las pasiones humanas tendiente a
señalar que la vida no es más que una payasada. Y aunque eso a muchos encanta,
a otros aturde en su búsqueda de sentido y trascendencia.
Miguel
de Loyola - Santiago de Chile – Agosto
del 2019
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