La miniserie televisiva Gambito de dama, me recordó la espléndida novela del reconocido —aunque olvidado en nuestros días— escritor austriaco Stefan Zweig y su Novela de Ajedrez, publicada de manera póstuma en 1943. Es posible que el motivo de dicha serie arranque de la recreación magistral que hace Zweig del juego de estrategia más complejo y apasionante de todos los tiempos. Un deporte, así lo llaman también ahora, que se remonta por sobre los doscientos años antes de Cristo.
El
campeón mundial, Mirko Czentovic —quien ha aprendido el juego mirando a otros, sin
tener idea de ninguna otra cosa, y en circunstancias muy parecidas a los
primeros pasajes de la mencionada miniserie—, viaja a Buenos Aires desde Nueva
York para participar en torneos de exhibición. Durante el trayecto en barco, un
millonario aficionado a ese deporte y otros viajeros lo retan a una partida a
cambio de una importante suma de dinero. Sorpresivamente, se suma al grupo un personaje
misterioso que ayudará a poner en jaque al campeón. Se trata del doctor B, un austriaco que ha
conseguido huir del cautiverio nazi, gracias a un asunto relacionado con el
ajedrez.
La novela discurre
sobre el fenómeno, insertando al protagonista —el doctor B— en medio del
nazismo en sus momentos más delirantes. Describe la tortura a la que ha sido
sometido durante un año con el fin de sonsacarle información respecto a ciertas
fortunas eclesiásticas. Encerrado entre
cuatro paredes, casualmente cae en sus manos un libro que resulta ser un manual
de ajedrez donde se encuentran detalladas 150 partidas de los más grandes campeones
de todos los tiempos. Jugadas que el prisionero utiliza como vía de escape hasta
el paroxismo. No tiene otra qué hacer, ni tampoco en qué pensar en medio de su
cautiverio.
La novela describe de
manera magistral el método de tortura usado por sus captores, revelando otra
arista más de las atrocidades cometidas por los nazis para obtener información.
Sin duda los amantes
del ajedrez la conocen, pero quienes no la hayan leído, encontrarán una
recreación bastante más acabada sobre el ajedrez que en la mencionada serie. Stefan Zweig, describe la
psicología del personaje con esa maestría genial de los grandes narradores
alemanes, en su mayoría expertos en psicología
y psicoterapia.
Cabe señalar también,
que la novela en parte es también autobiográfica. Zweig practicaba el ajedrez
para relajarse y guardaba celosamente un libro de las partidas acaso tal como el
descrito en su novela. Pero su obra literaria va mucho más lejos del juego
mismo, enseñando y denunciando a través de la ficción novelesca, otros aspectos escabrosos de tortura utilizados por
los nazis.
Miguel de Loyola –
Santiago de Chile – Mayo del 2021
Comentarios