Tocar las canciones de los Beatles fue siempre la mayor pasión de Víctor Manuel. Aunque aprenderlas, al principio, no le resultó nada fácil, por la música y el inglés, pero para él se convirtió en una especie de obsesión, y con el tiempo se volvió en un experto, comparable hasta con un músico de profesión. Podía replicar las canciones más conocidas de los chicos de Liverpool como si fuera uno de ellos.